Nuestras circunstancias provocan mirar la cotidianidad de una silla más allá de su uso común cotidiano. El verbo «skagen» no existe. La obra aprovecha la rotulación de un objeto reutilizado, y el objeto punzante que sostiene, para provocar reflexión sobre uno de los mayores problemas que enfrenta la sociedad cotidianamente: la corrupción impune. La asociación queda a la observación, la imaginación y la conciencia social del espectador.
Esta obra participó en la exposición La silla nuestra de cada día, 2017, Espacio Emergente, Bayamón, PR, y en la exposición Rican Renaissance, 2017, Puerto Rican Cultural Center, Chicago, USA.